Me llamo Carlos y soy estudiante de doctorado en TIC en la Universidad de Granada. Como buen investigador, mi trabajo suele ceñirse al ciclo: “tengo una hipótesis” – “la contrasto con un experimento” – “llevaba razón (o no)” – “publico los resultados”; y vuelta a empezar. Con tanto escribir y escribir, siempre he tenido la espinita de trasladar todo lo que hago al mundo real, que no se quedase en el papel. Pero me di cuenta de que no sabía cómo hacerlo. El doctorado me ha permitido desarrollar muchas habilidades, pero me encontraba muy limitado a la hora de llevarlo a la práctica fuera de las comodidades que te dan los estudios “controlados”.
Estas ganas de aprender a comunicar mis ideas desde una perspectiva más divulgativa, de establecer relaciones profesionales y de conocer qué significa ser doctor fuera de la universidad, se juntaron con un correo de Euraxess-FECYT, que nos invitaba a participar en el programa de mentoring REBECA para investigadores. Tuve suerte cuando aceptaron mi solicitud, pero más aún cuando me asignaron a Laila como mentora.
He de confesar que, antes de conocerla, no estaba muy convencido. ¿Cómo que una periodista? Yo quería conocer a alguien de mi sector, que me acercara a las oportunidades laborales de mi campo. Claramente, desconocía la sinergia tan espectacular que puede surgir entre dos personas con perfiles tan diferentes. Y es que lo primero que aprendí es que un proceso de mentoring de este tipo no consiste en hacer contactos para conseguir trabajo rápido. Consiste en aprender, y aún mejor si son habilidades que alguien de tu campo no te puede aportar. La experiencia en el programa fue muy, muy buena.
Aprecio muchísimo la cercanía con la que Laila me trató desde el principio; en la primera reunión ya parecía que nos conociéramos de toda la vida. Supo ayudarme a ser consciente de las habilidades que yo quería mejorar, de las que destaqué la comunicación. Y eso fue lo que principalmente trabajamos, la comunicación de forma menos técnica, más divulgativa, que llegue a la gente y que sea capaz de convencer a una persona de que mi idea es increíble.
Y de todos sus consejos, siempre recordaré cuando me dijo que para trabajar de verdad la comunicación, tenía que comunicar. Apuntarme a todos los eventos en los que tuviera oportunidad de contar mis ideas, observar a la gente, y perder el miedo. Y con ese consejo en mente, me lancé a participar, y logré ser finalista en el concurso “3 Minute Thesis”, donde tuve que contar mi tesis en inglés, en 3 minutos, y con un lenguaje que lo entendiera hasta mi abuela.
Sin embargo, lo que más me gustó del proceso de mentoring con Laila, y lo que destacaría de este tipo de programas, es la simple conversación que teníamos en cada reunión. Más allá de lo que te enseñe tu mentor, pienso que gran parte de la magia está en conocer a otras personas, cómo han sido sus vidas, cuáles son sus metas, sus puntos de vista, sus ideas. No hay duda de que este proceso es bidireccional, y yo también espero haberle aportado algo. Por suerte, pudimos cerrarlo con un evento presencial en Madrid donde pudimos hablar como debe ser, ¡con una cerveza en mano!